‘El día en el que dejemos de venerar dietas, alimentos y protocolos nutricionales como si fueran religiones o equipos de fútbol podremos tener la visión y el criterio necesario para valorar objetivamente los pros y los contras de dichas dietas desde una perspectiva meramente fisiológica e imparcial’
Joanma Carmona, Nutricionista Deportivo
INTRODUCCIÓN
En la eterna competición de ‘a ver quien hace la dieta más extravagante’ parece ser que la ‘dieta cetogénica’ (entre muchas comillas, después veremos que este término es incorrecto en la mayoría de casos) últimamente ha tomado bastante ventaja frente a otras alternativas igual de chocantes como la dieta paleo, la dieta alcalina o la dieta de la alcachofa.
Y es que parece ser que sí eres un deportista que, simplemente, se dedica a cubrir sus necesidades nutricionales con una dieta variada, flexible, incluyendo todos los grupos de alimentos posibles y garantizando una óptima disponibilidad energética con carbohidratos de calidad eres un ‘tonto’ que no se entera de nada.
Y es que ya lo decía el gran Leonardo Da Vincci:
‘La simplicidad es la máxima sofisticación’
Así que nada, vamos una vez más a analizar una nueva dieta. Esperemos no ofender ni molestar a nadie aunque la cosa últimamente está difícil.
¿Qué es realmente la dieta cetogénica? ¿Realmente la gente sigue una dieta cetogénica? ¿Para qué casos se utiliza? ¿Sirve para perder más grasa que otros protocolos?
¡VAMOS ALLÁ!
¿QUÉ ES LA DIETA CETOGÉNICA?
En resumidas cuentas (luego nos pondremos más técnicos) la dieta cetogénica alude a una intervención terapéutica cuyo objetivo es generar una situación de cetosis (formación de cuerpos cetónicos) similar a la del ayuno. Tal situación se logra siguiendo una estructura de macronutrientes y una proporción de grasas, proteínas e hidratos de carbono que posteriormente analizaremos.
Este tipo de dietas, QUE SE DEBEN APLICAR BAJO UN ESTRICTO CONTROL MÉDICO (repito: que se deben aplicar bajo un estricto control médico), se prescriben en algunos casos de epilepsia refractaria en sinergia con tratamiento farmacológico o bien en sujetos con obesidad mórbida que se someterán a una intervención de cirugía bariátrica.
Si bien los resultados de estudios observacionales sugieren que este tipo de dietas puede tener un impacto positivo sobre los ataques epilépticos, la verdad es que ni siquiera existen estudios controlados aleatorios y a largo plazo que respalden el uso de dietas cetogénicas incluso para pacientes con epilepsia.
Aún así, la dieta cetogénica podría considerarse como una opción preventiva en personas con epilepsia difícil de controlar, que reciben tratamiento con numerosos fármacos antiepilépticos.
Aproximadamente la mitad de los pacientes con epilepsia refractaria a los tratamientos convencionales que inician una dieta cetogénica consiguen una mejora superior al 50% en la reducción de las crisis epilépticas. No obstante, esta dieta es muy restrictiva, difícil de aplicar y cumplir, y puede provocar ciertos efectos secundarios.
La dieta cetogénica tiene otros usos a parte de el tratamiento para crisis epilépticas, como por ejemplo el tratamiento de enfermedades congénitas que suponen un déficit enzimático de la proteína 1 transportadora de glucosa (GLUT-1) y el déficit de Piruvato deshidrogenasa, ambas claves para el metabolismo de los hidratos de carbono.
¿POR QUÉ LA DIETA CETOGÉNICA PODRÍA AYUDAR A PERSONAS CON EPILEPSIA?
La cetosis es una condición del metabolismo que se produce cuando una persona no alcanza unos niveles óptimos de glucosa en sangre y tiene que obtener de las grasas la energía suficiente para el desarrollo de sus funciones. Cuando la oxidación de grasas en el cuerpo no está equilibrada con la oxidación de glucosa el cuerpo produce cuerpos cetónicos a partir de acetil Co-A.
El tratamiento con dieta cetogénica se basa en la capacidad de disminuir la excitabilidad neuronal mediante cetosis, ya que se ha visto que las cetonas producen un efecto sedativo que resulta beneficioso en estos pacientes.
Recientemente se han postulado algunas hipótesis que afirman que este efecto sedativo se produce gracias a la capacidad que tienen las cetonas de incrementar la síntesis del principal neurotransmisor cerebral inhibitorio: el ácido gamma-aminobutírico (GABA).
CONFUSIÓN DE TÉRMINOS – DIETA KETO VS DIETAS LOW-CARB
Creo que lo he dicho antes, pero aún así me quedo más tranquilo si lo vuelvo a repetir (nótese la ironía): hacer una dieta cetogénica como Dios manda solo es posible BAJO SUPERVISIÓN MÉDICA.
La señora María que ha decidido quitarse los carbohidratos de la dieta NO está haciendo una dieta cetogénica. Esta dieta NO es ninguna broma, creedme. Tiene que ser pautada por un nutricionista y en colaboración con el personal sanitario en un HOSPITAL.
Como hemos dicho antes, la cetosis se logra cuando la oxidación de grasas en el cuerpo no está equilibrada con la oxidación de hidratos de carbono (porqué restringimos su ingesta) el cuerpo produce cuerpos cetónicos a partir de acetil Co-A.
Aún así, la proteína tampoco debe ser usada como principal macronutriente debido a que esta puede ser transformada en azúcar mediante gluconeogénesis. Es por eso que la proporción de la dieta cetogénica es de 4:1 o 3:1, es decir, por cada cuatro o tres partes de grasa, se proporciona una de hidratos o una de proteínas.
Es importantísimo que esta proporción sea respetada en TODAS LAS COMIDAS, ya que para alcanzar y mantener la cetosis es imprescindible que no haya hidratos de carbono y proteínas solos. Si la cetosis se pierde, durante unos días la dieta debe ser reiniciada lentamente.
En definitiva, seguir las indicaciones y mantener las cantidades y proporciones descritas es importantísimo, ya que si no se perdería la cetosis alcanzada y tendríamos que empezar de nuevo. Esto NO es fácil y suele ser muy problemático para los pacientes.
El reparto de macronutrientes de la dieta cetogénica suele ser la siguiente:
- Grasas: 71%
- Proteína: 19%
- Hidratos de Carbono: 10%
Es muy importante que la dieta sea pautada de forma individualizada y adaptada en lo posible las características y gustos de cada paciente. Además, se necesita un control muy riguroso del estado nutricional de este para vigilar con las hipoglucemias, por lo que, una vez se decidida la indicación dietética, esta debe iniciarse en el medio hospitalario, con el paciente ingresado y supervisada por un equipo de nutricionistas que instruyan al paciente y a sus familiares.
DIETA CETOGÉNICA PARA PERDER GRASA
Bueno, este punto realmente no debería de haberlo titulado así. Más bien debería haber puesto: ‘Dieta Low-Carb de Ali Express y pérdida de grasa’ porqué vuelvo a repetir: aquellos que aseguran hacer dieta cetogénica NO ESTÁN REALMENTE HACIENDO DIETA CETOGÉNICA REAL.
Y no, hacer este tipo de protocolos bajos en hidratos de carbono no sólo NO son mejores para la pérdida de grasa que otros protocolos con otra distribución de macronutrientes si no que además en muchos casos pueden ser peores, ya que garantizar una cantidad de hidratos óptima nos ayudará a proteger nuestra salud metabólica y mantener nuestro rendimiento deportivo en el gimnasio, algo que indirectamente nos ayudará a conservar o incluso a seguir mejorando nuestra masa muscular.
Así que por favor: el miedo guardémoslo para las arañas, los fantasmas y los monstruos, pero no para los carbohidratos (y menos siendo una persona sana y deportista)
¡Y hasta aquí el artículo de la semana, amigos vikingos! Deseamos que os haya gustado mucho.
IMPORTANTE
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¡Que tengas un buen día!
BIBLIOGRAFÍA
- Sacks FM et al : ‘Comparison of weight-loss diets with different compositions of fat, protein and carbohydrates’. N Engl J Med. 2009 Feb 26;360(9):859-73
- Kevin D Hall et al. ‘Energy expenditure and body composition changes after an isocaloric ketogenic diet in overweight and obese men’. The American Journal of Clinical Nutrition, Volume 104, Issue 2, August 2016, Pages 324-333