CREATINA Y DESARROLLO DE CÁNCER

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¿Sabías que la creatina empezó a despertar el interés de la comunidad científica y a ponerse de moda a partir de las Olimpiadas de 1992 en Barcelona?

Algunos atletas que tuvieron éxito en dichas olimpiadas manifestaron que habían hecho uso de monohidrato de creatina, un suplemento poco conocido por la población general por aquel entonces. Después de aquello, la curiosidad científica por dicho suplemento hizo que fuese centro de muchas investigaciones.

A día de hoy y como todos sabéis, la creatina es un suplemento muy común y, aunque se han comercializado distintos tipos de creatina, la creatina monohidrato hasta la fecha la que ha demostrado mejores resultados dada la gran biodisponibilidad que tiene este tipo de creatina.

Como es lógico, muchos de vosotros seguro conocéis los efectos ergogénicos que tiene la creatina en sujetos deportistas, entre los cuales se incluyen:

  • Resíntesis de ATP (moneda energética del organismo) que nos proporciona energía muy rápida y eficaz en esfuerzos intensos.
  • Aumento de factores anabólicos de crecimiento como IGF-1 que contribuyen a la mejora de la masa muscular.
  • Aumento de la presencia de transportadores de azúcar hacia el músculo GLUT4, lo que también supone un plus energético para el músculo.

La creatina es un suplemento muy estudiado y conocido actualmente y mucho se sabe de sus efectos ergogénicos en deportistas, sin embargo, poco sabemos de los efectos de este péptido en otras funciones orgánicas y/o metabólicas y sus posibles efectos en la salud.

Por poner un pequeño ejemplo, entre todos estos ‘otros efectos’ de la creatina podríamos destacar el efecto que tiene la creatina en nuestro cerebro, ya que la evidencia científica más actual nos sugiere que la creatina tiene un potente efecto neuroprotector que podría ser de gran utilidad en el tratamiento y prevención de trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad.

Creatina: ¿relacionada con el desarrollo de cáncer?

Como hemos comentado anteriormente, la ingesta de creatina aumenta los niveles de IGF-1 en sujetos que entrenan fuerza, lo que ayuda a un aumento de la masa muscular. No obstante, IGF-1 también se asocia a menudo con los procesos cancerígenos (como cualquier otro

agente anabólico), lo cual nos podría llevar a pensar que la creatina podría llegar a ser cancerígena.

En mi opinión este es un claro ejemplo de los peligros de interpretar datos de manera errónea, sobre todo por extrapolar conclusiones a la ligera.

Sucede algo parecido con nuestra querida GH (hormona del crecimiento). Todavía recuerdo como muchos defensores del ayuno y la dieta cetogénica defendían este tipo de protocolos por el incremento de GH que se produce al restringir los hidratos de carbono.

Una pena que la estimulación de GH inducida por la restricción de hidratos de carbono no tenga fines anabólicos, si no más bien catabólicos (GH tiene muchísimas funciones y vertientes, como por ejemplo su capacidad para incrementar los niveles de glucosa en sangre en respuesta a una deficiencia de esta, lo cual se trata de un efecto catabólico).

Algo parecido sucede en este caso. La ingesta de creatina supone un incremento de agentes anabólicos, pero el error está en pensar que estos agentes anabólicos van a ir directos a estimular procesos cancerígenos, cuando en realidad no hay ninguna evidencia científica de ello y ningún tipo de antecedente que justifique el alarmismo.

De lo que SÍ tenemos evidencias es de que esta estimulación de IGF-1 induce efectos anabólicos positivos en la masa muscular de los individuos, en mayor o menor proporción dependiendo del contexto, como siempre.

De hecho, aunque por otros mecanismos de acción, la evidencia científica sugiere más bien lo contrario. La suplementación con creatina podría ser capaz de retardar el crecimiento tumoral en pacientes con cáncer sin afectar a la tasa de supervivencia global, probablemente debido a la restablecimiento del sistema CK-creatina en las células cancerosas, fenómeno que supone una atenuación en la acidosis, inflamación y estrés oxidativo característico del desarrollo de procesos cancerígenos.

Paradójicamente, estos resultados precisamente apoyan el papel de la creatina como un agente anticancerígeno y no al revés.


IMPORTANTE 

 

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¡Que tengas un buen día!

BIBLIOGRAFÍA:

1) Darren G Burke et al; ‘Effect of creatine supplementation and resistance-exercise
training on muscle insulin-like growth factor in young adults’; Int J Sport Nutr Exerc
Metab . 2008 Aug;18(4):389-98.
2) Sandro Percário et al: ‘Effects of creatine supplementation on oxidative stress profile
of athletes’; J Int Soc Sports Nutr. 2012; 9: 56.
3) In Kyoon Lyoo et al; ‘A Randomized, Double-Blind Placebo-Controlled Trial of Oral
Creatine Monohydrate Augmentation for Enhanced Response to a Selective Serotonin
Reuptake Inhibitor in Women With Major Depressive Disorder’; Am J Psychiatry.
2012 Sep; 169(9): 937–945

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